El Granero Mágico

Por: Luisa Pérez

En un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y colinas, había un granero muy especial. Este granero no era un granero común y corriente, ¡era un granero mágico! En su interior, guardaba los sueños más dulces y las aventuras más emocionantes de los que se atrevían a entrar en el.

 Cada noche, cuando la luna brillaba en lo alto, el granero cobraba vida. Sus puertas se abrían lentamente, y de él salían pequeñas luces brillantes que bailaban en el aire, llenando el lugar de magia y alegría.


En una de esas noches frías de invierno, tres amigos curiosos decidieron explorar el granero. Emma, que era una niña valiente con trenzas doradas;  Lucas, un niño travieso con pecas en la cara, y Sofía, una niña inteligente con lentes redondos. Juntos, se aventuraron hacia el granero mágico.





Al entrar, quedaron maravillados. El granero estaba lleno de juguetes antiguos, libros encantados y muñecos que cobraban vida con la presencia de niños buenos. En una esquina, encontraron un viejo reloj de arena que, al voltearlo, los transportó a un mundo lleno de aventuras.

 Juntos, los amigos vivieron mil y una historias. Viajaron por tierras lejanas, lucharon contra dragones feroces y rescataron princesas valientes. Cada noche, regresaban al granero con los corazones llenos de alegría y los ojos brillantes de emoción.

 Pero un dia, los tres amigos descubrieron que el granero mágico corría peligro. Un malvado hechicero había lanzado un hechizo oscuro sobre él zassss, y poco a poco, la magia se estaba desvaneciendo.

 

Decididos a salvar su lugar favorito, los tres amigos se embarcaron en una última aventura. Con valentía y astucia, lograron burlar al hechicero y devolver la magia al granero.

 


Desde entonces, el granero mágico volvió a brillar con más fuerza que nunca. Y aunque los tres amigos crecieron y siguieron caminos diferentes, nunca olvidaron las aventuras que vivieron juntos en aquel lugar mágico y lo compartían todas las noches con sus hijos y familiares..


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